Como un extraño en mi propia casa
apartado del mundo, aislado
triste, desolado, amargado y olvidado
cada día siento el abandono, ese agujero en mi pecho
estas cadenas que me atan a la soledad
si talvez hubiera podido cambiar este destino
o talvez lo cambié y terminé herido
esta realidad efímera que construyes
esta estabilidad, felicidad momentánea
es tan parecida a los esporádicos momentos de pasión,
que nos unian,
los hábitos difícilmente cambian
estoy deseando expulsar este malestar de mi cuerpo
porque es una droga este tu maldito recuerdo
en una torre y con esas dagas que se hayan en mi espalda,
no salen, duelen y siempre serán mi carga.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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